Poco me queda por decir de Charli XCX; si ya os la presenté como artista el diciembre pasado, hoy me toca hablar de su segundo disco Sucker: al cual ella define como una reivindicación del girl power y una búsqueda por recuperar el pop-punk al mainstream.
En general, es un disco de canciones cortas, divertidas y enérgicas, en las que toca varios palos pero siempre dentro de una mezcla de géneros coherentes. Para empezar, el disco se abre con una declaración de intenciones: "Sucker", una canción muy desenfadada cuyo estribillo te da ganas de ponerte unos auriculares con el volumen al máximo y gritar "FUCK YOU, SUCKER!" a pleno pulmón mientras le dedicas una peineta a tu peor enemigo.

Aunque para himnos tenemos "London Queen", en donde expresa la euforia de llegar a EE.UU. y sus ganas de comerse el mundo. En cambio, con "Body of my Own" reivindica su derecho a masturbase, ya que su ex -el mismo al que le dedicó "Breaking Up"- no le ofrecía el suficiente placer que su cuerpo necesitaba, aunque sin duda lo más atractivo de la canción es su producción.

Sucker es líneas generales un muy buen álbum, de fácil escucha y melodías pegadizas; con el que Charli ha conseguido bastante adeptos a su música (entre los que se incluye un servidor). Solo le falta un empujón para covertirse en una artista de masas, ya que -como ya os dije- nos encontramos ante el próximo gran suceso del pop.
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