La relevancia de Iggy Azalea ha ido en picado desde que se le acabase la mecha comercial a "Black Widow", y eso es un hecho. Pero no solo es su relevancia la que ha acabado tocando fondo, sino que su integridad y su valor como artista también se han estrellado. ¿La causa de ello? La industria del hip-hop, Azealia Banks con su cansinismo de "apropiación cultural" y -sobretodo- ella misma.
Toda esta decadencia ha perseguido sin piedad a la australiana desde su bochornoso debut en SNL, en donde su colaboradora MØ se puso nerviosa, cantó fatal y nunca más la acompañó en ninguna actuación en directo. Todo ello supuso la cancelación del vídeo de "Beg For It" (sucesor de "Black Widow" como single de Iggy), con lo que se desperdició un gran tema.
A raíz de ahí, todo han sido críticas negativas hacia la rapera blanca, a las que ella no ha podido hacer frente: Azealia Banks, Eminem, Snoop Dogg, Nicki Minaj... la lista de gente a la que Iggy no cae bien es bastante larga, y ha ido aumentado conforme ella abría el pico: sus respuestas por Twitter la han puesto en más de un compromiso, y esto, unido al completo cachondeo que hay con su manera de rapear, han puesto en completa evidencia (e incluso duda) su talento.
Pero finalmente ha dejado los dramas a un lado y, tras dejar por fin sus redes sociales en manos de un community manager, ha proseguido con la promoción de su álbum: se ha unido con la maravillosa Jennifer Hudson (que también andaba de capa caída) y ha editado "Trouble" como nuevo single. La colaboración de JHud le da un toque soul bastante extraño para la radiofórmula, y uno lo último que espera de este tema es que se convierta en un éxito (la fórmula hip-hop con estribillo soul es lo más anticomercial que hay).
No hay comentarios:
Publicar un comentario